Jesús Llorente y El manifiesto desastre

Hace un tiempo que tenía en mente colgar esta reseña (desde que mr. tambourine la enlazara), pero a veces el olvido lo rompe todo. Es la opinión de Jesús Llorente del último trabajo de Nacho Vegas (en su versión ampliada, anteriormente publicada en Público). La podéis leer aquí:



NACHO VEGAS – El Manifiesto Desastre – Limbo Starr (2008)
(versión larga de una crítica aparecida la semana pasada en el diario Público)

Sabemos donde reside la clave, el truco (hablamos, no cabe duda, de un artista que ejerce de ello hasta cuando saca la basura): ser tan sincero que parezca mentira. Es decir, que la realidad sea tan verdadera que nos suene a ficción, a articulada articulación, a talón de Aquiles de críticos, fans y público en general. Y podemos seguir intentando encontrar las diferencias entre sinceridad e impostura en la obra del asturiano Nacho Vegas mientras escuchamos las canciones de su cuarto álbum en solitario. Cuando parecía haberse encerrado en sí mismo, de repente se amplifica. Cuando nos había convencido de que su ombligo merecía la pena, resulta que nos pide una cesárea, que se inventa de la nada un cordón umbilical con otros artistas, otras voces, otras influencias. Puede ser una ranchera, un homenaje a Elvis trufado de pleitesía al Glam (“Lole y Bolan (Un amor teórico)”, o algo que recuerde a alguien muy sabio (casi siempre Leonard Cohen) que te ofrece su mano y te acerca hacia la luz al final del túnel, el único sitio en el que se te ha prometido ser feliz y vivir en paz. Pero cuando bajas tus defensas, ya le está tocando el culo a tu novia y te ha conquistado por completo.

He hecho la prueba en varias situaciones. Y el aficionado ocasional responde: “Serrat (en los 70, que quede claro)”. O menciona a Nick Cave. Hay quien se acuerda de Hilario Camacho. Y también se dice que es como Paco Ibáñez sin camisa negra ni versiones. Y entonces sabemos que “disco de madurez” significa que Nacho Vegas se explica mejor, que son las mejores letras que ha escrito nunca, que se ha superado a sí mismo sin llegar a ese punto de inflexión en el que otros cantautores (eléctricos o no) empiezan a rodar cuesta abajo. En “Detener el Tiempo” canta “y crecí tratando en vano de desentrañar / todo lo que el miedo esconde / y yo me hundía en el ‘Blonde on Blonde’”, algo que en boca de la mayoría de los compositores que conozco sonaría ridículo, pero que aquí resulta brillante.

Lo logra porque por primera vez no pretende hacerte cómplice de su sota-caballo-y-rey de escapismo, autobiografía, literatura y pura vida cortada con algo muy chungo. Hay tantas referencias como para parar el tren de Glasgow: el infravalorado Dylan de “Infidels”, el Dennis Cooper de siempre, los sempiternos Randy Newman y Nick Drake, Guy Clark (al que adapta al castellano convirtiendo “Anyhow I love you” en “Nuevas Mañanas"), Jose Alfredo Jiménez, Fernando Pessoa. Pero sobre todo –y esto es síntoma de encontrarnos ante un clásico- nos enfrentamos al mismísimo Nacho Vegas, autor de dos de las canciones más tristes escritas nunca en castellano o cualquier otro idioma: “Junior Suite” y “Morir o Matar”. Aquí, en “El Manifiesto Desastre”.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
No Jesús, no se ha superado a sí mismo. Todavía no. Tendremos que esperar un poco más.
Anónimo ha dicho que…
http://www.notodo.com/v4/php/noticias.php?itop=587


ejem...
Anónimo ha dicho que…
me encanta nacho y he hecho un corto con una de sus canciones......aqui dejo el enlace por si os apetece verlo.....

http://es.youtube.com/watch?v=aMOLomu6MPA&feature=related
Anónimo ha dicho que…
nacho, por favor!!! en la argentina te esperamos, diganselo
Anónimo ha dicho que…
También en México

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